“Nunca un Patek Philippe es del todo suyo, suyo es el placer de custodiarlo hasta la siguiente generación”, este es el lema del fabricante de relojes más prestigioso del mundo y es aplicable a la mayoría de los relojes de lujo.
De entre todas las marcas, probablemente la más reconocida a nivel mundial sea Rolex que ha sido capaz de llegar al gran público (entendiendo que nunca bajan de los 6.000€) manteniendo la exclusividad. De hecho se estima que cada año se venden cerca de un millón de Rolex.
Para muchos un Rolex es el capricho de su vida, un regalo que se hacen por haber logrado un hito, algo por lo que han estado ahorrando durante mucho tiempo y que va más allá de un capricho. Veamos unos consejos para comprar tu primer Rolex.
Lo primero que hay que entender es que un Rolex además de un capricho es una inversión, pocas compras tan disfrutables como estas pueden revalorizarse con el tiempo. Es bastante improbable que tu Rolex pierda valor cuando salga de la tienda y es muy posible que se revalorice con el paso de los años.
Un Rolex nunca pasa de moda, su diseños apenas cambian cada año y sus clásicos de hace veinte años son prácticamente idénticos a los de ahora. No es un Apple Watch que tienes que cambiar cada 3 años, es un reloj para toda la vida que lo disfrutarás y lo disfrutarán tus hijos. No tiene obsolescencia.
Aunque se trate de una joya sus diseños son informales y valen tanto para llevarlos con traje como para hacer deporte. Puedes utilizarlo desde la playa hasta una boda y queda elegante siempre.
Respecto al modelo los hay desde clásicos hasta deportivos e incluso algunos son unisex, por ejemplo un Explorer I de 36mm lo puede llevar cualquier persona de la familia. Los precios comienzan entorno a los 6.000€ hasta cientos de miles. Lo mejor es acudir a algún clásico de acero sin diamantes ni florituras.
Y por último su compra. Pese a lo caro que es este producto hay listas de espera (de hasta 18 meses) para conseguir sus modelos más populares así que o tienes un joyero amigo o tienes que esperar. Otra opción es la compra de segunda mano que funciona muy bien. Es un producto que no se devalúa ya que apenas envejeces.
Por último, una vez lo tengas no olvides llevarlo al «taller» (relojero) una vez cada 10 años, úsalo sin miedo y guarda siempre la caja, los papeles y la factura. Te vendrán bien si un día decides venderlo… para comprarte otro mejor.
Consejo extra. No lo grabes o automáticamente perderá valor.