A Patrick Getreide le gustaron los relojes desde muy pequeños, con solo 12 años se quedaba embobado mirando los escaparates de las joyerías hasta que un día decidió gastarse todos sus ahorros en comprarse uno.
A los 21, la suerte le sonríe en las carreras de caballos. Gana 39.000 francos (¡unos 6.400 dólares de hoy!) y se compra su primer reloj de lujo: un Cartier Tank. “Era lo máximo tener un Cartier”, recuerda desde su museo privado en Ginebra, donde guarda la mayoría de sus tesoros, incluyendo siete relojes de bolsillo que fueron de Henry Graves, un famosísimo coleccionista.
Para seguir con su pasión por los relojes, Patrick se mete en varios negocios después de vender la curtiduría en 1990. Empieza con una empresa de taxis en París, que hace crecer de 30 a 1.200 vehículos en 16 años. Vende la empresa de taxis en 1996 por cien millones de euros (unos 200 millones de dólares de hoy) y se lanza a otros negocios, incluyendo una inmobiliaria y una cadena de tiendas de ropa. Ahora, junto a su hijo Roland y el CEO Daniel Bloor, tiene una refinería de litio llamada Livista en Alemania.
Pero a Getreide la gente lo conoce más que nada por su impresionante colección OAK de relojes raros. En 2022, organizó una gira mundial con 168 piezas de esta colección, que empezó con una exposición en el Museo del Diseño de Londres.
Hoy, a sus 69 años y tras cinco décadas coleccionando, Patrick está listo para soltar algunas de sus joyas. Planea subastar unas 140 piezas de la Colección OAK en Christie’s de Hong Kong.
Aunque la colección de Getreide está valorada en una fortuna, la subasta OAK empieza con una estimación conservadora de menos de diez millones de dólares. Los relojes irán desde los 2.000 a 4.000 dólares, y se espera que un Akrivia único alcance hasta el millón. La colección incluye desde Hermès y Chanel hasta Audemars Piguet y Zenith. Uno de los lotes estrella es un reloj de bolsillo Breguet del siglo XIX que fue de Pauline Bonaparte, la hermana de Napoleón. Podría venderse entre 200.000 y 400.000 dólares. Patrick incluso se desprende de algunos de sus queridos Patek Philippe, como un cronógrafo de 1938. “Lo encontré en un mercadillo hace unos veinte años”, recuerda con una sonrisa. “El precio era de risa, pero igual regateé”. Este reloj también podría alcanzar entre 200.000 y 400.000 dólares.
También subastarán varios Breguet importantes, incluyendo uno de Jean-Paul Belmondo y otro de Sir Jack Brabham, campeón de Fórmula 1 en 1959. Cada uno podría venderse por entre 150.000 y 300.000 dólares.
A pesar de vender parte de su colección, Patrick sigue apasionado por los relojes. Pronto se hará con un Patek Philippe 6300 Grand Master Chime de dos millones de dólares.