Aunque pueda parecer una broma no lo es. Hace una semana se subastaron en Japón un par de melones que alcanzaron al cambio la impresionante cifra de 11.400 euros. Esto no es nada extraño, si tenemos en cuenta que el Yubari King es el melón más caro del mundo.
Esta preciada fruta lleva el nombre de la ciudad nipona dónde se cultiva: Yubari, situada en Hokkaido, que es la segunda isla más grande del archipiélago japonés. La original subasta de melones tuvo lugar en el Mercado Mayorista Sapporo Central, ubicado al norte de la ciudad.
Como podemos ver, este tipo de melón está a precio de oro, equivalente a otros productos gourmet como pueden ser la ternera de Kobe, el caviar Almas o las trufas blancas Alba. Además los melones Yubari King se consideran un símbolo de estatus en Japón, como puede ser el buen vino en muchos países de Europa. Es por ello que se suele regalar a amigos y jefes como señal de respeto y agradecimiento.
Para entender esta pasión de los japoneses por el melón tenemos que hacer un poco de historia. El Yubari King es una especie híbrida, creada al mezclar el típico melón europeo con forma redondeada, con el melón americano conocido como “Cantaloupe picante”.
Su cultivo empezó allá por la década de los 60. En un principio solamente había 150 privilegiados agricultores que tenían la autorización para plantarlo. El secreto de su éxito tiene que ver con varios factores a la vez: una tierra muy rica en ceniza volcánica, el sistema automatizado de riego, la adecuada temperatura del agua y un nivel de humedad óptimo.
El resultado es sencillamente espectacular, todo un lujo para el paladar: un melón dulce aunque algo picante. La pulpa es de color dorado, con un reluciente aspecto dorado y de textura fina. Los melones Yubari King de más calidad son completamente esféricos, tienen una epidermis lisa y uniforme, y el tallo toma forma de “T”. Y se suelen vender en una caja elegantemente decorada.